En el ámbito de la psicología, el término adquirido es fundamental para describir cómo se desarrollan ciertos comportamientos, habilidades o rasgos a lo largo de la vida de una persona. A diferencia de lo que es innato o hereditario, lo adquirido se refiere a aquello que una persona desarrolla a través de experiencias, aprendizaje, estímulos externos o interacción con el entorno. Este concepto es clave en áreas como el aprendizaje, el desarrollo psicológico, la terapia y la educación. A continuación, exploraremos en profundidad qué significa adquirido en psicología y cómo se aplica en diferentes contextos.
¿Qué significa adquirido en psicología?
En psicología, lo que se considera adquirido se refiere a cualquier habilidad, comportamiento, conocimiento o característica que una persona desarrolla a lo largo de su vida, en lugar de poseer desde el nacimiento. Por ejemplo, hablar un idioma, tocar un instrumento, resolver problemas matemáticos o incluso desarrollar fobias son considerados procesos adquiridos, ya que dependen del aprendizaje y la experiencia.
El psicólogo Burrhus Frederic Skinner, uno de los fundadores del conductismo, destacó el papel del condicionamiento operante como mecanismo clave para el aprendizaje adquirido. Según Skinner, los individuos aprenden comportamientos específicos cuando reciben reforzadores o castigos en respuesta a sus acciones. Esto demuestra que lo adquirido no es estático, sino que puede evolucionar y modificarse con el tiempo.
Un aspecto interesante es que, aunque los genes pueden influir en la facilidad con la que una persona adquiere ciertas habilidades, el entorno y la experiencia son factores determinantes. Por ejemplo, una persona puede tener una predisposición genética para ser buen músico, pero si no recibe formación o estímulo, esa habilidad no se desarrollará.
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El desarrollo psicológico y el aprendizaje adquirido
El aprendizaje adquirido es un pilar fundamental en el desarrollo psicológico del ser humano. Desde la infancia hasta la vejez, los individuos van adquiriendo conocimientos, habilidades sociales, emociones y valores a través de la interacción con su entorno. Este proceso no es lineal ni uniforme, ya que depende de factores como la educación, la cultura, la salud mental y las experiencias personales.
Durante la etapa infantil, los niños adquieren lenguaje, normas sociales, hábitos y habilidades motoras a través de la observación, la imitación y la práctica repetitiva. Jean Piaget, en su teoría del desarrollo cognitivo, señaló que los niños pasan por distintas etapas de aprendizaje, cada una con sus propios mecanismos adquiridos. Por ejemplo, en la etapa sensoriomotora, el bebé aprende a coordinar sus movimientos para alcanzar objetos, algo que no poseía desde el nacimiento.
A lo largo de la vida, el aprendizaje adquirido también puede ser modificado o reemplazado. Por ejemplo, una persona que creció en un ambiente de alta estrés puede desarrollar mecanismos de defensa como la evasión o la ansiedad, pero mediante terapia y nuevas experiencias, puede aprender a manejar mejor sus emociones.
La plasticidad cerebral y lo adquirido
La plasticidad cerebral es un concepto esencial para entender cómo se adquieren habilidades y conocimientos. Este fenómeno se refiere a la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse a lo largo de la vida, formando nuevas conexiones neuronales o reforzando las existentes. Esto permite que los seres humanos puedan aprender, recuperarse de lesiones cerebrales o adaptarse a nuevas circunstancias.
La plasticidad es especialmente alta durante la infancia, lo que explica por qué los niños aprenden rápidamente idiomas, movimientos y conceptos abstractos. Sin embargo, incluso en la edad adulta, el cerebro mantiene cierto grado de plasticidad, lo que permite seguir adquiriendo conocimientos y habilidades a lo largo de la vida. Por ejemplo, adultos mayores pueden aprender a usar tecnología, mejorar su memoria o desarrollar nuevas aptitudes artísticas.
Estudios recientes han demostrado que la práctica constante de actividades cognitivas, como resolver crucigramas o aprender un nuevo idioma, puede fortalecer la plasticidad cerebral y ayudar a mantener la salud mental en la vejez. Esto refuerza la importancia de los procesos adquiridos en la vida humana.
Ejemplos de procesos adquiridos en psicología
En psicología, hay muchos ejemplos claros de procesos adquiridos. Algunos de los más destacados incluyen:
- Aprendizaje de idiomas: Aunque el ser humano tiene ciertos mecanismos innatos para el lenguaje, el dominio de un idioma se adquiere a través de exposición, práctica y repetición.
- Desarrollo de habilidades motoras: Desde gatear hasta escribir a mano, las habilidades motoras se van adquiriendo progresivamente con la práctica.
- Adquisición de conocimientos académicos: Las matemáticas, la historia, la literatura y otras materias se enseñan y aprenden a lo largo de la vida escolar.
- Habilidades sociales: Como la empatía, la comunicación efectiva y la cooperación, se desarrollan a través de la interacción con otros.
- Fobias y miedos: Aunque algunas personas pueden tener una predisposición genética a ciertos miedos, la mayoría se adquieren a través de experiencias traumáticas o de observación.
Estos ejemplos muestran cómo el entorno, la educación y la experiencia personal juegan un papel vital en el desarrollo de lo adquirido. Además, estos procesos no son estáticos, sino que pueden evolucionar con nuevas experiencias o mediante intervenciones terapéuticas.
El aprendizaje adquirido y la teoría del comportamiento
La teoría del comportamiento, especialmente el conductismo, se centra en cómo los individuos adquieren comportamientos a través de estímulos y respuestas. En esta visión, lo adquirido no es algo innato, sino que se construye a partir de la interacción con el medio ambiente.
Dos tipos de condicionamiento son claves en esta teoría:
- Condicionamiento clásico: Desarrollado por Ivan Pavlov, este proceso ocurre cuando una respuesta natural se asocia con un estímulo neutro. Por ejemplo, el sonido de una campana (estímulo neutro) se asocia con comida (estímulo no condicionado), hasta que el perro saliva solo al escuchar la campana.
- Condicionamiento operante: Propuesto por B.F. Skinner, este modelo se basa en el refuerzo o castigo de ciertos comportamientos para que se repitan o eviten. Por ejemplo, si un niño recibe elogios por comportarse bien, es más probable que repita esa conducta.
Ambos procesos ilustran cómo el aprendizaje adquirido puede ser modificado a través de estímulos externos. En la vida real, estos mecanismos se aplican en la educación, la terapia y el desarrollo de hábitos saludables.
Los 5 tipos de aprendizaje adquirido más comunes
Existen varios tipos de aprendizaje adquirido, cada uno con sus propios mecanismos y aplicaciones. Algunos de los más relevantes son:
- Aprendizaje por observación: También conocido como aprendizaje social, ocurre cuando una persona imita el comportamiento de otro. Albert Bandura demostró esto con su experimento del muñeco Bobo, donde los niños imitaban la agresión observada en adultos.
- Aprendizaje cognitivo: Se centra en la adquisición de conocimientos a través del pensamiento, la memoria y la comprensión. Por ejemplo, aprender a resolver ecuaciones o entender conceptos abstractos.
- Aprendizaje emocional: Implica la adquisición de respuestas emocionales a través de experiencias. Por ejemplo, el miedo a la altura puede desarrollarse tras una caída.
- Aprendizaje motor: Se refiere al desarrollo de habilidades físicas, como caminar, bailar o tocar un instrumento.
- Aprendizaje social: Involucra la interacción con otros para adquirir normas, valores y comportamientos aceptables en una sociedad.
Cada tipo de aprendizaje adquirido tiene su base en la experiencia y el entorno. Comprender estos procesos ayuda a los educadores, terapeutas y padres a facilitar el desarrollo psicológico de manera más efectiva.
Cómo el entorno influye en lo adquirido
El entorno tiene un impacto profundo en lo que una persona adquiere a lo largo de su vida. Desde la educación que recibe hasta las influencias culturales y sociales, el contexto en el que vive una persona moldea sus conocimientos, habilidades y comportamientos.
Por ejemplo, un niño que crece en un hogar donde se valora la lectura es más propenso a desarrollar habilidades de comprensión lectora y un vocabulario amplio. Por otro lado, un niño que no tiene acceso a libros o a estímulos intelectuales puede tener dificultades para adquirir estos conocimientos.
Además, el entorno social también influye en la adquisición de habilidades emocionales. Un ambiente seguro y afectuoso fomenta la confianza y la autoestima, mientras que un entorno hostil puede llevar al desarrollo de ansiedad o desconfianza. Estos factores no solo afectan el aprendizaje académico, sino también el desarrollo psicológico general.
En resumen, aunque los genes pueden influir en la base de lo que una persona puede aprender, el entorno es el motor que impulsa el proceso de adquisición. Por eso, es fundamental crear ambientes que apoyen y fomenten el aprendizaje a lo largo de la vida.
¿Para qué sirve entender lo adquirido en psicología?
Comprender los procesos adquiridos en psicología es fundamental para varias disciplinas, incluyendo la educación, la terapia y el desarrollo humano. Este conocimiento permite a los profesionales diseñar estrategias efectivas para enseñar, intervenir y apoyar el crecimiento emocional y cognitivo de las personas.
En educación, por ejemplo, entender cómo se adquieren conocimientos y habilidades ayuda a los docentes a adaptar sus métodos a las necesidades de los estudiantes. En terapia, los psicólogos usan este conocimiento para ayudar a sus pacientes a superar fobias, cambiar hábitos negativos o desarrollar habilidades sociales.
Un ejemplo práctico es el uso de técnicas de reforzamiento positivo en el aula para fomentar el aprendizaje. Al reconocer y reforzar comportamientos deseables, los estudiantes son más propensos a repetirlos. Esto refleja cómo el aprendizaje adquirido puede aplicarse en contextos reales para mejorar resultados.
Lo adquirido versus lo innato: una comparación
En psicología, existe un debate clásico entre lo adquirido y lo innato. Mientras que lo innato se refiere a rasgos o habilidades que una persona nace poseyendo, lo adquirido se desarrolla a través de la experiencia y el aprendizaje. Este contraste es central para entender el desarrollo humano.
Por ejemplo, una persona puede tener una predisposición genética para ser buena en deportes, pero si no practica o no tiene acceso a entrenamiento, esa habilidad no se desarrollará. Por otro lado, una persona puede adquirir destrezas en un instrumento musical, un idioma o incluso en la resolución de conflictos, a través de la exposición y la práctica constante.
Este debate también tiene implicaciones en la educación y la terapia. Si se reconoce que muchas habilidades se adquieren, se puede diseñar programas que potencien el aprendizaje, sin limitarse a lo que se considera natural o innato. Por ejemplo, una persona con discapacidad intelectual puede adquirir habilidades de comunicación y autonomía con el apoyo adecuado.
El papel de la experiencia en lo adquirido
La experiencia es uno de los factores más importantes en el desarrollo de lo adquirido. A través de la interacción con el mundo, los individuos van construyendo conocimientos, habilidades y actitudes que no poseían al nacer. Esta idea está en el corazón de teorías como el empirismo, que sostiene que el conocimiento proviene de la experiencia.
Por ejemplo, un niño que vive en un entorno rico en estímulos sensoriales puede desarrollar una mayor sensibilidad artística o musical. En cambio, un niño que no tiene acceso a tales estímulos puede no desarrollar esas habilidades. Esto no significa que no tenga potencial, sino que simplemente no tuvo las oportunidades para adquirirlas.
La experiencia también influye en la adquisición de habilidades emocionales. Una persona que ha tenido experiencias positivas en sus relaciones puede desarrollar mayor empatía y habilidades de comunicación, mientras que alguien que ha sufrido abusos puede tener dificultades para confiar o expresar sus emociones.
En conclusión, la experiencia no solo influye en lo adquirido, sino que es el motor principal del aprendizaje y el desarrollo psicológico.
El significado de adquirido en psicología
En psicología, adquirido se refiere a cualquier habilidad, comportamiento o conocimiento que una persona desarrolla a lo largo de su vida, en lugar de poseer desde el nacimiento. Este proceso depende de factores como la educación, la experiencia, la interacción social y el entorno cultural.
El concepto de lo adquirido es fundamental en áreas como el aprendizaje, el desarrollo psicológico y la terapia. Por ejemplo, en psicoterapia, se busca que los pacientes adquieran nuevas formas de pensar y comportarse para superar trastornos emocionales o psicológicos. Esto implica que los cambios no son automáticos, sino que deben ser trabajados y practicados.
Además, el aprendizaje adquirido puede ser modificado o reemplazado a través de nuevas experiencias. Por ejemplo, una persona que creció en un ambiente de miedo puede aprender, con ayuda profesional, a reemplazar esos patrones con respuestas más saludables. Esto demuestra la flexibilidad del ser humano para transformar lo adquirido a lo largo de la vida.
¿Cuál es el origen del concepto de adquirido en psicología?
El concepto de lo adquirido tiene sus raíces en el conductismo, una corriente de la psicología que se desarrolló a principios del siglo XX. Los conductistas, como John B. Watson y B.F. Skinner, enfatizaban que el comportamiento humano se adquiere a través de la experiencia y el entorno, más que por factores innatos o genéticos.
Watson, en su famoso experimento con Alfie, demostró cómo un niño podría desarrollar fobias a través de estímulos condicionados, lo que respaldaba la idea de que los comportamientos no son innatos, sino adquiridos. Skinner, por su parte, desarrolló el condicionamiento operante, que muestra cómo los refuerzos y castigos moldean el comportamiento.
Con el tiempo, este enfoque fue cuestionado por corrientes como el cognitivismo, que reconoció la importancia de los procesos internos, como el pensamiento y la memoria, en el aprendizaje. Sin embargo, el concepto de lo adquirido sigue siendo fundamental en la psicología actual, especialmente en la educación y la terapia.
El aprendizaje adquirido y su importancia en la educación
En el ámbito educativo, el aprendizaje adquirido es el núcleo del proceso de enseñanza. Los docentes no solo transmiten conocimientos, sino que también facilitan que los estudiantes adquieran habilidades prácticas, sociales y emocionales. Este enfoque se basa en la idea de que el aprendizaje no es pasivo, sino que requiere participación activa, práctica y retroalimentación.
Una de las ventajas del aprendizaje adquirido en educación es que permite personalizar la enseñanza según las necesidades y ritmos de los estudiantes. Por ejemplo, en el aprendizaje basado en proyectos, los alumnos no solo memorizan información, sino que aplican conocimientos en situaciones reales, lo que fortalece el aprendizaje adquirido.
Además, el enfoque constructivista, propuesto por Jean Piaget y Lev Vygotsky, sugiere que los estudiantes construyen su propio conocimiento a través de experiencias y interacciones. Esto refuerza la idea de que el aprendizaje no es algo que se recibe, sino algo que se adquiere activamente.
¿Cómo se mide lo adquirido en psicología?
En psicología, medir lo adquirido puede ser un desafío, ya que no siempre es fácil cuantificar procesos como el aprendizaje emocional o el desarrollo social. Sin embargo, existen diversas herramientas y técnicas para evaluar lo adquirido, dependiendo del contexto.
En educación, se utilizan exámenes, pruebas de habilidades y observaciones para medir el progreso del estudiante. En terapia, los psicólogos pueden usar cuestionarios, entrevistas y análisis de comportamiento para evaluar si un paciente ha adquirido nuevas estrategias para manejar su ansiedad o depresión.
Otra forma de medir lo adquirido es a través de estudios longitudinales, donde se sigue a un grupo de personas a lo largo del tiempo para observar cómo evolucionan sus habilidades, conocimientos y comportamientos. Estos estudios son especialmente útiles para entender el desarrollo psicológico y el impacto de los estímulos externos.
Cómo usar el término adquirido en psicología con ejemplos
El término adquirido se usa con frecuencia en psicología para describir cómo los individuos desarrollan conocimientos, habilidades y comportamientos a lo largo de la vida. Aquí hay algunos ejemplos de uso:
- Ejemplo 1: El niño adquirió el lenguaje a través de la repetición y la interacción con sus padres.
- Ejemplo 2: La fobia a las alturas fue adquirida tras una experiencia traumática en una montaña rusa.
- Ejemplo 3: La persona adquirió habilidades sociales a través de terapia y práctica constante.
- Ejemplo 4: El aprendizaje de una nueva habilidad motriz, como montar en bicicleta, es un proceso adquirido.
En cada uno de estos casos, el término adquirido se usa para destacar que el conocimiento o la habilidad no es innata, sino que se desarrolla con el tiempo y la práctica. Este uso ayuda a los psicólogos a distinguir entre lo que una persona nace con y lo que desarrolla a lo largo de su vida.
La importancia de los estímulos en lo adquirido
Los estímulos externos desempeñan un papel crucial en el proceso de adquisición. Desde la infancia hasta la adultez, los individuos responden a estímulos sensoriales, sociales y emocionales que les ayudan a desarrollar conocimientos y habilidades. Por ejemplo, un bebé que escucha palabras repetidamente adquiere el lenguaje, mientras que un adulto que se expone a un nuevo idioma puede aprenderlo con la práctica.
Un aspecto interesante es que no todos los estímulos son igualmente efectivos. Para que algo se adquiera, el estímulo debe ser relevante, repetitivo y significativo para el individuo. Por ejemplo, un niño puede no adquirir el lenguaje si no hay interacción constante, pero si está rodeado de personas que le hablan y le responden, es más probable que lo haga.
Además, los estímulos pueden ser positivos o negativos. En el condicionamiento operante, los refuerzos positivos (como elogios o premios) son más efectivos para adquirir comportamientos que los castigos. Esto refuerza la idea de que el entorno y la forma en que se presenta el estímulo son factores críticos en el aprendizaje adquirido.
El futuro de lo adquirido en la psicología moderna
En la psicología moderna, el enfoque en lo adquirido sigue evolucionando con avances en neurociencia, educación y tecnología. Por ejemplo, la neuroplasticidad ha abierto nuevas posibilidades para entender cómo el cerebro adquiere y reorganiza conocimientos a lo largo de la vida. Esto implica que, incluso en la vejez, las personas pueden adquirir nuevas habilidades o recuperar funciones perdidas tras un accidente cerebrovascular.
La tecnología también está transformando el proceso de adquisición. Plataformas de aprendizaje en línea, inteligencia artificial y realidad virtual están permitiendo a las personas adquirir conocimientos y habilidades de manera más rápida y personalizada. Por ejemplo, la realidad aumentada puede ayudar a los estudiantes a adquirir conocimientos prácticos en medicina, ingeniería o arte.
Además, la psicología positiva y el enfoque en el desarrollo humano están resaltando la importancia de adquirir fortalezas personales, como la resiliencia, la gratitud y la autoestima. Estos rasgos, aunque no son innatos, pueden desarrollarse a través de práctica y reflexión, lo que refuerza el papel de lo adquirido en el bienestar psicológico.
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