La filosofía y teología de Santo Tomás de Aquino han sido fundamentales para comprender la naturaleza del ser y la existencia. En este artículo, exploraremos lo que es realidad según Santo Tomás, abordando sus ideas desde múltiples perspectivas, incluyendo su influencia en la filosofía escolástica, su enfoque metafísico y su visión teológica. A lo largo del contenido, se explicará cómo el pensador define la existencia, la esencia y la relación entre ambas, así como cómo su visión se relaciona con la noción de Dios como primer motor inmóvil.
¿Qué entiende Santo Tomás por realidad?
Santo Tomás de Aquino, uno de los filósofos más influyentes de la Edad Media, define la realidad como el ser en acto. Para él, la realidad no es una mera apariencia o fenómeno, sino una existencia concreta que puede ser conocida por la razón humana. En su obra *Suma Teológica*, Santo Tomás desarrolla una metafísica que busca entender el ser en su totalidad, partiendo de la observación de la naturaleza y la experiencia sensible.
En esta visión, el ser (o realidad) está compuesto por esencia y existencia. La esencia es lo que una cosa es en potencia, mientras que la existencia es lo que hace que esa cosa pase a la realidad. Por ejemplo, la esencia de un árbol incluye sus características definitorias, como crecer, producir hojas y flores; su existencia es lo que le permite estar aquí y ahora, ser real.
Además, Santo Tomás distingue entre seres que tienen su existencia por sí mismos (como Dios) y aquellos que la reciben de otro (como los seres creados). Esta distinción es fundamental para su teología, ya que permite establecer una jerarquía del ser que culmina en la divinidad.
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El ser como fundamento de la realidad
La noción de ser, para Santo Tomás, es el fundamento mismo de la realidad. En su metafísica, el ser no es solo una propiedad, sino el fundamento de todas las cosas. Todo lo que existe tiene un ser, y ese ser puede ser entendido como el acto más perfecto de lo que puede ser una cosa. Es decir, la realidad no es solo una apariencia o una ilusión, sino una existencia concreta que puede ser conocida y estudiada.
Santo Tomás se apoya en Aristóteles para desarrollar su concepción del ser, pero lo enriquece con su visión teológica. Para él, el ser no puede ser infinitamente causal. Es decir, no puede haber una cadena infinita de causas, sino que debe existir un primer motor inmóvil, que es Dios. Esta idea no solo tiene un valor filosófico, sino también teológico, ya que establece una base racional para la existencia de Dios como causa primera del ser.
Además, Santo Tomás diferencia entre el ser en acto y el ser en potencia. Los seres materiales, como los humanos o los animales, están compuestos por una forma (esencia) y una materia. La forma es lo que define al ser, mientras que la materia es lo que le permite existir. Esta dualidad permite explicar cómo los seres pueden cambiar y evolucionar, manteniendo siempre su identidad esencial.
La relación entre el ser y el conocer
Un aspecto fundamental en la filosofía de Santo Tomás es la relación entre el ser y el conocer. Para él, el conocimiento no es algo separado de la realidad, sino que es una participación en ella. El hombre, como ser racional, puede conocer el ser de las cosas, no solo por su existencia, sino por su esencia. Esto implica que el conocimiento no es ilusorio, sino una verdadera participación en la realidad.
En este sentido, Santo Tomás defiende que el conocimiento humano puede alcanzar la verdad sobre la realidad, incluso sobre Dios. Esto se debe a que, aunque el ser divino es infinito, el hombre puede conocerlo de forma análoga, es decir, en una proporción limitada pero real. Esta visión es fundamental para su teología, ya que permite sostener que la razón humana puede llegar a conocer a Dios mediante la filosofía, sin necesidad de recurrir exclusivamente a la revelación.
Ejemplos de cómo Santo Tomás define la realidad
Para entender mejor cómo Santo Tomás define la realidad, es útil examinar ejemplos concretos. Tomemos, por ejemplo, un árbol. Según Santo Tomás, el árbol tiene una esencia (será un árbol, con hojas, ramas y tallo) y una existencia (está ahí, en el mundo, creciendo y respirando). La existencia del árbol depende de causas externas, como la luz solar, el agua y el suelo, pero su esencia le da identidad.
Otro ejemplo es el ser humano. Santo Tomás considera al hombre como un compuesto de alma y cuerpo. La alma es la forma del cuerpo, y es lo que le da su identidad esencial. La existencia del hombre depende de la unión entre la forma (alma) y la materia (cuerpo). Esta visión permite entender cómo el hombre puede conocer la realidad y participar en ella, no solo como un ser físico, sino también como un ser racional.
Además, Santo Tomás usa el ejemplo de Dios como ser en acto puro, sin potencia. Dios no cambia, no necesita nada para existir, y es la causa primera de todos los seres. Esta idea es fundamental para entender su visión teológica y metafísica.
La realidad como ser en acto
La filosofía de Santo Tomás gira en torno a la noción de que la realidad es ser en acto. Esto significa que para que algo exista de manera plena, debe estar en acto. Todo ser creado, por otro lado, está en acto en cierto grado, pero depende de una causa primera que le otorga su existencia. Esta idea es fundamental para entender la jerarquía del ser y la existencia.
Santo Tomás distingue entre ser en acto puro y ser en acto mixto. El ser en acto puro es Dios, quien es puro acto y no tiene potencia. Los seres creados, en cambio, tienen una mezcla de acto y potencia. Esto permite explicar cómo los seres pueden cambiar y evolucionar, manteniendo siempre su esencia. Por ejemplo, una semilla tiene la potencia de convertirse en un árbol, pero necesita condiciones externas para hacerlo.
Esta visión también permite entender cómo el hombre puede conocer la realidad. Dado que el hombre tiene una mente capaz de conocer el ser, puede participar en la realidad de manera racional. Esto es lo que permite el conocimiento científico, filosófico y teológico.
Cinco conceptos clave para entender la realidad según Santo Tomás
- Ser en acto: La realidad plena se alcanza cuando algo está en acto. Esto es fundamental para entender la existencia de Dios como ser puro.
- Esencia y existencia: Todo ser creado tiene una esencia (lo que es) y una existencia (lo que le permite existir).
- Causalidad: No puede haber una cadena infinita de causas. Debe existir una causa primera, que es Dios.
- Forma y materia: Los seres materiales son compuestos de forma (esencia) y materia (sustancia).
- Conocimiento del ser: El hombre, por su capacidad racional, puede conocer la realidad y participar en ella.
La realidad en la filosofía escolástica
La filosofía escolástica, en la que Santo Tomás es una figura central, busca integrar la filosofía griega con la teología cristiana. En este contexto, la realidad no es solo una cuestión filosófica, sino también teológica. Para Santo Tomás, la realidad es el fundamento de todo conocimiento, y su estudio permite comprender tanto el mundo creado como a su creador.
Una de las contribuciones más importantes de la filosofía escolástica es el desarrollo de la metafísica como ciencia del ser. Esta disciplina no se limita al estudio de la naturaleza o la ética, sino que busca entender el ser en su totalidad. Para Santo Tomás, el ser es el fundamento de toda realidad, y su estudio permite comprender cómo los seres existen y cómo pueden ser conocidos.
Además, la filosofía escolástica desarrolla una teoría del conocimiento que permite al hombre alcanzar la verdad sobre la realidad. Esto es fundamental para la teología, ya que permite sostener que la razón puede llegar a conocer a Dios, no solo por revelación, sino también por medio de la filosofía.
¿Para qué sirve comprender la realidad según Santo Tomás?
Comprender la realidad según Santo Tomás tiene múltiples aplicaciones tanto filosóficas como teológicas. En primer lugar, permite entender la naturaleza del ser y la existencia, lo que es fundamental para desarrollar una visión coherente del mundo. En segundo lugar, esta comprensión facilita el desarrollo del conocimiento científico, ya que permite entender cómo los seres pueden ser conocidos y estudiados.
Además, esta visión permite integrar la filosofía con la teología, lo que es fundamental para una comprensión integral de la realidad. Para Santo Tomás, la filosofía no es incompatible con la fe, sino que puede apoyarla y enriquecerla. Esto es especialmente importante en una sociedad donde la ciencia y la filosofía a menudo se ven como rivales.
En el ámbito personal, esta comprensión permite al hombre entender su lugar en el universo y su relación con Dios. Al reconocer que el ser es un don, el hombre puede vivir con gratitud y responsabilidad, entendiendo que su existencia tiene un propósito.
La existencia como don de la realidad
En la visión de Santo Tomás, la existencia no es algo que los seres posean por derecho propio, sino que es un don que reciben de Dios. Esta idea es fundamental para su teología, ya que establece que el hombre no es dueño de su existencia, sino que depende de una causa primera que le otorga la vida y el ser.
Esta noción de la existencia como don tiene importantes implicaciones éticas y filosóficas. Por ejemplo, si la existencia es un don, entonces el hombre debe vivir de manera responsable, reconociendo que su vida no es suya en absoluto. Esto también implica que el hombre debe buscar el bien, no solo por su propio interés, sino por gratitud hacia aquel que le otorga la existencia.
Además, esta visión permite entender la relación entre Dios y los seres creados. Dios no es un ser entre otros, sino el ser en acto puro, la fuente de toda existencia. Esta jerarquía del ser permite establecer una visión coherente del universo, donde cada ser tiene su lugar y su función.
La realidad en la filosofía de Aristóteles y su influencia en Santo Tomás
La filosofía de Aristóteles fue fundamental para el desarrollo del pensamiento de Santo Tomás. A diferencia de Platón, quien veía el mundo sensible como una sombra de la realidad ideal, Aristóteles afirmaba que la realidad está en el mundo material. Esto le permitió desarrollar una metafísica que no se separa de la física, sino que se complementa con ella.
Santo Tomás adopta esta visión aristotélica del ser, pero la enriquece con su visión teológica. Para él, el ser no puede ser infinitamente causal, sino que debe existir un primer motor inmóvil, que es Dios. Esta idea no solo tiene un valor filosófico, sino también teológico, ya que permite establecer una base racional para la existencia de Dios.
Además, Santo Tomás desarrolla la noción de forma y materia, que es fundamental para entender cómo los seres materiales pueden existir y cambiar. Esta visión permite explicar cómo el hombre, como ser racional, puede conocer la realidad y participar en ella.
El significado de la realidad según Santo Tomás
Para Santo Tomás, la realidad no es algo que pueda ser definido de manera simple, sino que debe ser entendido como un concepto complejo que abarca tanto lo material como lo espiritual. En su visión, la realidad es el ser en acto, y todo lo que existe participa en ese ser de alguna manera. Esto permite entender cómo los seres pueden cambiar, evolucionar y existir de manera concreta.
Además, la realidad para Santo Tomás no es algo que esté separado del conocimiento. Por el contrario, el conocimiento es una participación en la realidad, y el hombre, como ser racional, puede alcanzar una comprensión verdadera de la realidad. Esto es fundamental para su visión teológica, ya que permite sostener que la razón puede llegar a conocer a Dios, no solo por revelación, sino por medio de la filosofía.
Otra característica importante de la realidad en la visión de Santo Tomás es que no es algo que esté en constante cambio sin sentido. Por el contrario, los seres tienen un fin y una finalidad, que les permite alcanzar su perfección. Esto es lo que se conoce como el *fin último*, que es Dios mismo.
¿Cuál es el origen de la idea de realidad según Santo Tomás?
La idea de realidad en Santo Tomás tiene sus raíces en la filosofía griega, especialmente en la de Aristóteles. Sin embargo, Santo Tomás no solo se limita a repetir las ideas de Aristóteles, sino que las enriquece con su visión teológica. Para él, la realidad no puede ser explicada solo desde la filosofía, sino que debe ser entendida en relación con la existencia de Dios.
Esta visión se desarrolla en la *Suma Teológica*, donde Santo Tomás argumenta que el ser no puede ser infinitamente causal. Es decir, no puede haber una cadena infinita de causas, sino que debe existir una causa primera que le otorga el ser a todos los demás. Esta causa primera es Dios, quien es el ser en acto puro, sin potencia.
Además, Santo Tomás desarrolla la noción de que el ser está compuesto por forma y materia, lo que permite explicar cómo los seres pueden existir y cambiar. Esta idea, aunque tiene sus raíces en Aristóteles, se adapta a la visión cristiana del mundo, donde el ser es un don de Dios.
La realidad y la existencia según Santo Tomás
Para Santo Tomás, la existencia no es algo que los seres posean por derecho propio, sino que es un don que reciben de Dios. Esta idea es fundamental para su teología, ya que establece que el hombre no es dueño de su existencia, sino que depende de una causa primera que le otorga la vida y el ser. Esto implica que la existencia no es algo que pueda ser separado del conocimiento, sino que es una participación en el ser.
Además, Santo Tomás desarrolla la noción de que el ser está compuesto por forma y materia. Esta visión permite explicar cómo los seres pueden existir y cambiar, manteniendo siempre su identidad esencial. Esto es fundamental para entender cómo el hombre, como ser racional, puede conocer la realidad y participar en ella.
En este contexto, la existencia es lo que hace que una cosa pase de ser una posibilidad a ser una realidad. Sin existencia, una cosa no puede ser conocida ni participar en el mundo. Esta idea es fundamental para entender cómo los seres pueden interactuar entre sí y cómo el hombre puede conocer la realidad.
¿Cómo define Santo Tomás la realidad?
Santo Tomás define la realidad como el ser en acto. Esto significa que para que algo exista de manera plena, debe estar en acto. Todo ser creado, por otro lado, está en acto en cierto grado, pero depende de una causa primera que le otorga su existencia. Esta idea es fundamental para entender la jerarquía del ser y la existencia.
Además, Santo Tomás distingue entre esencia y existencia. La esencia es lo que una cosa es en potencia, mientras que la existencia es lo que le permite pasar a la realidad. Por ejemplo, la esencia de un árbol incluye sus características definitorias, como crecer, producir hojas y flores; su existencia es lo que le permite estar aquí y ahora, ser real.
Otra característica importante de la realidad en la visión de Santo Tomás es que no es algo que esté separado del conocimiento. Por el contrario, el conocimiento es una participación en la realidad, y el hombre, como ser racional, puede alcanzar una comprensión verdadera de la realidad. Esto es fundamental para su visión teológica, ya que permite sostener que la razón puede llegar a conocer a Dios, no solo por revelación, sino por medio de la filosofía.
Cómo usar la noción de realidad según Santo Tomás
La noción de realidad según Santo Tomás puede aplicarse en múltiples contextos. En la filosofía, permite desarrollar una metafísica que explique el ser y la existencia. En la teología, permite establecer una base racional para la existencia de Dios. En la ética, permite entender el lugar del hombre en el universo y su relación con Dios.
Un ejemplo práctico es el uso de esta visión en la teología cristiana. Al reconocer que el ser es un don de Dios, el hombre puede vivir con gratitud y responsabilidad, entendiendo que su existencia tiene un propósito. Esto también implica que el hombre debe buscar el bien, no solo por su propio interés, sino por gratitud hacia aquel que le otorga la existencia.
Otro ejemplo es el uso de esta visión en la filosofía contemporánea. Aunque Santo Tomás vivió en la Edad Media, su visión del ser sigue siendo relevante para entender la realidad. Esta visión permite integrar la filosofía con la teología, lo que es fundamental para una comprensión integral del mundo.
La importancia de la realidad en la filosofía de Santo Tomás
La realidad en la filosofía de Santo Tomás no es solo un concepto abstracto, sino una noción fundamental para entender el mundo. Su visión del ser permite integrar la filosofía con la teología, lo que es fundamental para una comprensión integral de la realidad. Además, esta visión permite entender cómo los seres pueden cambiar y evolucionar, manteniendo siempre su identidad esencial.
Otra característica importante de esta visión es que permite entender la relación entre el ser y el conocer. Para Santo Tomás, el conocimiento no es algo separado de la realidad, sino que es una participación en ella. Esto permite sostener que la razón humana puede alcanzar la verdad sobre la realidad, incluso sobre Dios. Esta visión es fundamental para la teología, ya que permite sostener que la filosofía puede apoyar y enriquecer la fe.
Además, esta visión permite entender la jerarquía del ser, donde cada ser tiene su lugar y su función. Esto es fundamental para entender cómo el hombre puede conocer la realidad y participar en ella, no solo como un ser físico, sino también como un ser racional.
La influencia de Santo Tomás en la filosofía moderna
La filosofía de Santo Tomás ha tenido una influencia duradera en la filosofía moderna. Aunque muchas corrientes filosóficas han rechazado su visión, hay importantes filósofos contemporáneos que han recuperado su pensamiento, especialmente en lo que se refiere a la metafísica del ser. Este resurgimiento es conocido como el *neo-tomismo*, que busca integrar la filosofía de Santo Tomás con las ideas modernas.
Un ejemplo notable es la filosofía de Jacques Maritain, quien desarrolló una visión del ser que se inspira en Santo Tomás, pero la adapta a las necesidades de la filosofía moderna. Otra figura importante es Étienne Gilson, quien dedicó gran parte de su obra a estudiar la filosofía de Santo Tomás y su influencia en la historia de la filosofía.
Además, la visión de Santo Tomás sobre la realidad sigue siendo relevante en la teología contemporánea. Muchos teólogos católicos siguen usando su visión del ser para desarrollar una teología racional que se base en la filosofía y no solo en la revelación.
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