El lenguaje humano no es un fenómeno aleatorio, sino un sistema complejo compuesto por reglas, estructuras y elementos que interactúan entre sí. Uno de los conceptos fundamentales en el estudio de la lengua es el signo lingüístico, cuya estructura y funcionamiento han sido objeto de análisis desde la semiótica y la lingüística. Cuando se habla de lo que es articulado en el signo lingüístico, se está refiriendo a una de sus dos componentes esenciales: el significante, que es el aspecto material del signo, como el sonido o la escritura. Este artículo explora en profundidad qué implica este concepto, su importancia en la comunicación y cómo se relaciona con el significado.
¿Qué es articulado en el signo lingüístico?
En el ámbito de la lingüística, el signo lingüístico es la unidad básica del lenguaje. Fue Ferdinand de Saussure quien, a mediados del siglo XX, propuso su división en dos elementos: el significante y el significado. El significante es lo que es *articulado* en el signo lingüístico, es decir, la representación física o sonora del signo. Por ejemplo, en la palabra casa, el significante es la cadena de sonidos /kæsə/ o su representación gráfica c-a-s-a.
El significado, en cambio, es la idea o concepto que asociamos con ese sonido o escritura. En este caso, la imagen mental que cada persona tiene de una construcción destinada a vivienda. Así pues, lo que se articula en el signo no es el concepto, sino la forma en que ese concepto es representado en el lenguaje: los sonidos o grafías que usamos para transmitir nuestras ideas.
La estructura del signo y la importancia del significante
El signo lingüístico, en su estructura, no es un todo indivisible, sino que está compuesto por dos elementos que, aunque inseparables en su uso, pueden ser analizados por separado. Esto permite a los lingüistas estudiar el lenguaje desde diferentes perspectivas. El significante, como ya se mencionó, es lo que se articula, lo que se expresa en voz alta o por escrito. Es la parte *física* del signo, lo que podemos percibir con nuestros sentidos.
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Por otro lado, el significado es lo que se *comprende*, lo que se activa en la mente del oyente o lector al escuchar o leer el significante. Este proceso es arbitrario: no hay una conexión natural entre el sonido o la imagen de una palabra y el concepto que representa. Por ejemplo, la palabra lluvia en francés es pluie, en alemán es Regen y en japonés es ame, lo que demuestra que el significante es convencional y varía entre lenguas.
El rol del contexto en la interpretación del significante
Aunque el significante es una representación física del signo, su interpretación no es fija. El contexto en el que aparece el significante puede modificar su comprensión. Por ejemplo, la palabra pelo puede referirse tanto al cabello como a un animal, según el entorno en que se use. Esto se debe a que el lenguaje no es estático, sino que depende del contexto social, cultural e incluso emocional. Por tanto, aunque el significante se articule de manera constante, su interpretación puede variar.
Además, el significante puede cambiar con el tiempo. Palabras que antes tenían un uso específico pueden adquirir nuevos significados o usos coloquiales. Este fenómeno, conocido como cambio semántico, muestra que el significante, aunque articulado, está en constante evolución. Esto refuerza la idea de que el lenguaje es un sistema dinámico y flexible.
Ejemplos de lo que se articula en el signo lingüístico
Para entender mejor qué se articula en el signo lingüístico, podemos observar algunos ejemplos claros:
- Perro: El significante es la palabra perro, y el significado es la imagen mental del animal.
- Cielo: El significante es el sonido /ˈsja.ɛl.o/ y el significado es la bóveda celeste que vemos arriba.
- Amor: El significante es la palabra amor y el significado puede variar según la persona, desde un sentimiento intenso hasta una atracción romántica.
En cada caso, el significante es lo que se articula, es decir, lo que se expresa en la lengua. Sin embargo, el significado no se articula de la misma manera; se construye internamente por cada individuo, dependiendo de sus experiencias y conocimientos.
El concepto de arbitrariedad en el significante
Uno de los conceptos clave en la teoría de Saussure es la arbitrariedad del signo, que implica que no existe una conexión natural entre el significante y el significado. Esto quiere decir que no hay una razón lógica por la cual una palabra específica represente un objeto o concepto en particular. Por ejemplo, no hay una razón por la cual luz signifique luz y no sombra. Esta relación es puramente convencional y varía según las lenguas.
Esta arbitrariedad es lo que permite que las lenguas se desarrollen de manera única y que los significantes puedan cambiar con el tiempo. Además, es lo que hace posible la existencia de múltiples lenguas con sistemas de representación distintos. Aunque los significantes varían, la estructura básica del signo lingüístico permanece constante: siempre hay un elemento articulado (el significante) y uno no articulado (el significado).
Recopilación de significantes en diferentes lenguas
Para ilustrar cómo el significante se articula de manera diferente en distintas lenguas, a continuación presentamos una tabla comparativa de algunas palabras básicas:
| Concepto | Español (Significante) | Inglés (Significante) | Francés (Significante) | Japonés (Significante) |
|——————|————————-|————————|————————–|————————–|
| Agua | agua | water | eau | mizu |
| Casa | casa | house | maison | ie |
| Amor | amor | love | amour | ai |
| Sol | sol | sun | soleil | taiyou |
| Noche | noche | night | nuit | yoru |
Como se puede observar, aunque el concepto es el mismo, el significante varía ampliamente. Esto refuerza la idea de que lo que se articula en el signo lingüístico (el significante) es convencional y no universal.
El significante como herramienta de comunicación
El significante es el vehículo a través del cual transmitimos ideas, emociones y conocimientos. Sin él, no sería posible la comunicación humana. Aunque el significante puede cambiar según el contexto, su rol como elemento articulado del signo es fundamental para la interacción social. Por ejemplo, en una conversación, cada palabra que pronunciamos o escribimos es un significante que activa un significado en la mente del interlocutor.
Además, el significante permite la creación de sistemas de escritura. En lenguas como el chino, el significante no es fonético, sino que está representado por símbolos gráficos. Esto muestra que aunque el significante puede variar en su forma (sonora o gráfica), su función como parte del signo lingüístico permanece constante.
¿Para qué sirve el significante en el signo lingüístico?
El significante sirve como el soporte material del signo lingüístico. Es lo que permite que las ideas se puedan expresar de manera audible o visible. Gracias al significante, podemos:
- Expresar pensamientos y emociones.
- Comunicarnos con otros de manera clara y efectiva.
- Crear y transmitir cultura, historia y conocimiento.
- Establecer relaciones sociales y acuerdos verbales.
Por ejemplo, en un contrato, el significante de cada palabra es crucial para que ambas partes entiendan los términos acordados. Si una palabra se malinterpreta, puede generar confusiones o conflictos. Por eso, la claridad del significante es esencial en contextos formales como el legal, el médico o el científico.
El significante y sus variantes en el lenguaje
El significante puede tomar diferentes formas según el medio de comunicación o el contexto. En la lengua oral, el significante es una secuencia de sonidos. En la lengua escrita, es una cadena de grafías. En el lenguaje de signos, como el lenguaje de señas, el significante es una combinación de gestos, expresiones faciales y movimientos.
Además, dentro de una misma lengua, el significante puede variar según el registro o el estilo. Por ejemplo, en un discurso formal, se usan significantes más elaborados y técnicos, mientras que en un contexto coloquial se opta por expresiones más sencillas y directas. Esta variabilidad del significante demuestra su flexibilidad y adaptabilidad a diferentes necesidades comunicativas.
El significante en la construcción de la identidad lingüística
El significante no solo sirve para comunicar, sino también para construir y expresar la identidad. A través de la forma en que articulamos los significantes, podemos mostrar nuestra pertenencia a un grupo social, a una cultura o incluso a una región específica. Por ejemplo, los acentos, el ritmo de habla o el uso de ciertas expresiones pueden revelar el origen geográfico o social de una persona.
Además, el uso de lenguas minoritarias o dialectos refuerza la identidad cultural. En estos casos, el significante no solo es un vehículo de comunicación, sino también una herramienta de resistencia y preservación cultural. El significante, por tanto, no es solo un elemento funcional del signo, sino también un componente identitario.
El significado del significante en el signo lingüístico
El significante es una de las dos partes del signo lingüístico y, como tal, es fundamental para entender cómo funciona el lenguaje. Su importancia radica en que es el único elemento que se puede percibir y manipular directamente. A diferencia del significado, que es subjetivo y varía según el individuo, el significante es el punto de partida para la comunicación.
Para comprender su relevancia, podemos mencionar algunos de sus usos:
- Comunicación oral y escrita: El significante permite que las ideas se transmitan a través de sonidos o símbolos.
- Estudio de lenguas: Los lingüistas analizan los significantes para entender cómo se forman las palabras y cómo se relacionan con los significados.
- Traducción: Al traducir, se busca encontrar un significante equivalente en otra lengua que transmita el mismo significado.
- Enseñanza del idioma: En el aprendizaje de una lengua extranjera, se trabaja con los significantes para que los estudiantes puedan pronunciar y escribir correctamente.
¿Cuál es el origen del concepto de significante?
El concepto de significante como parte del signo lingüístico fue formalizado por Ferdinand de Saussure en su obra *Curso de lingüística general*, publicada en 1916. Saussure, considerado el padre de la lingüística moderna, propuso que el signo lingüístico se divide en dos elementos: el significante y el significado. Según él, el significante es el aspecto material del signo, lo que se expresa, mientras que el significado es lo que se comprende.
Esta distinción fue revolucionaria porque permitió a los lingüistas analizar el lenguaje desde una perspectiva estructural. Antes de Saussure, se creía que el lenguaje era una representación directa de la realidad. Sin embargo, Saussure demostró que el lenguaje es un sistema de relaciones, donde cada signo adquiere su valor en relación con otros.
El significante como elemento flexible del signo
Uno de los aspectos más interesantes del significante es su flexibilidad. A diferencia del significado, que puede ser más estable, el significante puede cambiar con el tiempo. Este fenómeno, conocido como cambio fonético o cambio gráfico, se observa en muchos idiomas. Por ejemplo, en el inglés antiguo, la palabra thou era común, pero en la actualidad se ha reemplazado por you.
Este cambio no afecta el significado, pero sí altera el significante, lo que puede dificultar la comprensión de textos antiguos. Además, en algunos casos, el significante puede variar según el acento o el dialecto. Por ejemplo, en el español, la palabra agua se pronuncia de manera diferente en España y en América Latina, aunque el significado es el mismo.
¿Qué relación hay entre el significante y el lenguaje hablado?
El significante es especialmente relevante en el lenguaje hablado, donde se manifiesta como una secuencia de sonidos. Estos sonidos son producidos por el aparato fonador del hablante y percibidos por el oído del oyente. Cada sonido tiene una forma específica que lo distingue de otros y lo convierte en un elemento del significante.
En el lenguaje hablado, el significante también puede variar según el ritmo, el tono y el volumen, lo que puede influir en la interpretación del mensaje. Por ejemplo, una palabra pronunciada con entonación ascendente puede cambiar su función en una oración, como ocurre con las preguntas en el inglés.
Cómo usar el significante y ejemplos de uso
El significante se usa en la comunicación cotidiana de forma natural, aunque no siempre sea consciente de ello. Aquí hay algunos ejemplos de cómo se utiliza:
- En la escritura: Al escribir, cada letra que colocamos forma parte del significante. Por ejemplo, al escribir libro, el significante es la palabra escrita, y el significado es el objeto que representa.
- En la pronunciación: Al hablar, los sonidos que emitimos son el significante. Por ejemplo, al decir sol, el significante es el sonido /sol/, y el significado es el astro que ilumina la Tierra.
- En la enseñanza: En el aula, se enseña a los estudiantes a asociar el significante con el significado para comprender y producir lenguaje correctamente.
El uso del significante es fundamental para que las personas puedan entenderse y compartir información de manera efectiva.
El significante y su papel en la traducción
La traducción es un área donde el significante juega un papel crucial. En este proceso, el desafío es encontrar un equivalente en el idioma destino que mantenga el significado original. Sin embargo, a veces no existe un significante directo, lo que obliga a los traductores a buscar soluciones creativas.
Por ejemplo, en la traducción del refrán A caballo regalado no se le mira el diente al inglés, no existe una frase idiomática equivalente. Por lo tanto, el traductor debe elegir entre traducir literalmente (lo que puede sonar extraño) o adaptar el mensaje para que tenga sentido en el idioma objetivo. En ambos casos, el significante es el punto de partida.
El significante y el lenguaje de señas
En el lenguaje de señas, el significante toma una forma distinta: en lugar de sonidos, se utilizan gestos, expresiones faciales y movimientos del cuerpo. Aunque la forma es diferente, su función es la misma: transmitir un significado. Por ejemplo, en la lengua de señas americana (ASL), la señal para amor se hace con una mano abierta que se mueve hacia la otra, representando un corazón.
Esto demuestra que el significante no está limitado a la lengua oral o escrita, sino que puede adaptarse a diferentes sistemas de comunicación. En todos los casos, el significante es lo que se articula, lo que se percibe y lo que permite la comunicación.
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