La psicología social es una rama de la psicología que estudia cómo las personas piensan, sienten y actúan en relación con los demás. En este artículo, nos enfocaremos en la visión particular que tiene Martín Baró, psicólogo salvadoreño y teólogo, sobre la psicología social desde una perspectiva crítica, comprometida con la justicia social y el contexto histórico de su tiempo. A través de sus escritos, Baró propuso una psicología que no solo analizara conductas individuales, sino que también abordara las estructuras de poder y opresión que afectan a los grupos sociales. En este contenido, exploraremos su legado, conceptos clave y la importancia de su aporte en la comprensión de la psicología social desde una óptica comprometida con la realidad social.
¿Qué es la psicología social según Martín Baró?
Martín Baró define la psicología social como una disciplina que se interesa por la comprensión de los procesos psicológicos que ocurren en el marco de relaciones sociales. Su enfoque se distingue por su carácter crítico y comprometido con la realidad social, especialmente en contextos de conflicto y opresión. Para Baró, la psicología no puede ser neutral, sino que debe responder a las necesidades de los más vulnerables y promover la transformación social. En este sentido, no se trata solo de estudiar el comportamiento social, sino de intervenir en él para construir sociedades más justas y humanas.
Un dato curioso es que Martín Baró fue asesinado en 1989 durante la guerra civil en El Salvador, junto con seis sacerdotes jesuitas y dos empleadas domésticas. Su legado, sin embargo, trascendió su corta vida, y sus ideas se convirtieron en un referente fundamental para la psicología social crítica. A través de sus escritos, Baró propuso una psicología que no solo estudiara el individuo, sino que también reflexionara sobre las estructuras sociales que lo configuran.
Además, Baró destacó por integrar en su teoría la perspectiva teológica, lo que le permitió abordar temas como el sufrimiento, la resistencia y la esperanza desde una mirada que no se limitaba a lo psicológico, sino que incluía lo espiritual y lo comunitario. Este enfoque lo convierte en uno de los pioneros en el desarrollo de una psicología social comprometida con el contexto histórico y cultural de las personas.
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La psicología social desde una perspectiva crítica y comprometida
La visión de Martín Baró sobre la psicología social se enmarca dentro de lo que se conoce como psicología social crítica. Este enfoque se diferencia de los modelos tradicionales en que no se limita a describir comportamientos o procesos psicológicos, sino que busca comprenderlos en relación con las estructuras sociales, políticas y económicas que los condicionan. Para Baró, la psicología debe ser una herramienta de análisis y transformación, no solo de diagnóstico.
En este contexto, Baró destacaba la importancia de entender al ser humano no como un individuo aislado, sino como parte de una red de relaciones sociales. Su enfoque no solo consideraba las dinámicas interpersonales, sino también cómo las instituciones, las políticas y las ideologías influyen en la formación del sujeto. Esta perspectiva lo llevó a desarrollar una metodología participativa, en la cual la psicología no era un instrumento de control, sino una forma de empoderamiento.
Baró también insistía en que la psicología social debe ser consciente de su contexto histórico. Para él, no se puede hablar de psicología sin considerar el momento en que se vive, las luchas sociales, las injusticias y las resistencias. Este enfoque lo convierte en un referente fundamental para aquellos que buscan una psicología que no esté separada de la realidad, sino que se comprometa con la construcción de un mundo más justo.
El enfoque comunitario en la psicología social de Baró
Uno de los aspectos más relevantes en la obra de Martín Baró es su enfoque comunitario. Para él, la psicología no puede centrarse exclusivamente en el individuo, sino que debe considerar el entorno social en el que se desenvuelve. Esto lo llevó a desarrollar metodologías de intervención en comunidades, donde el enfoque no era únicamente terapéutico, sino también transformador. Baró entendía que los problemas psicológicos no se resuelven en el consultorio, sino que están profundamente ligados a las condiciones estructurales de vida de las personas.
En este sentido, Baró propuso una psicología que trabajara en colaboración con los grupos sociales, promoviendo el diálogo, la participación y el reconocimiento de las voces marginadas. Su enfoque comunitario no solo buscaba comprender los conflictos psicosociales, sino también construir alternativas colectivas para enfrentarlos. Este enfoque lo conecta con corrientes como la psicología comunitaria y la psicología social latinoamericana, que también abogan por una intervención desde la base social.
Este enfoque fue especialmente relevante en el contexto de El Salvador, donde Baró vivió y trabajó. En un país marcado por la guerra civil y las desigualdades estructurales, su enfoque comunitario se convirtió en una forma de resistencia y esperanza, donde la psicología se transformaba en un instrumento de empoderamiento colectivo.
Ejemplos de la aplicación de la psicología social de Martín Baró
Un ejemplo práctico del enfoque de Baró puede encontrarse en sus trabajos con grupos vulnerables durante la guerra civil salvadoreña. En lugar de aplicar modelos psicológicos tradicionales, Baró trabajó con comunidades rurales, indígenas y marginadas, escuchando sus historias, identificando sus necesidades y promoviendo espacios de diálogo y resistencia. En este contexto, la psicología no era un medio para curar a las personas, sino para acompañarlas en su proceso de transformación personal y colectiva.
Otro ejemplo es el uso de metodologías participativas en la educación. Baró propuso que la psicología social no solo se limitara a la intervención clínica, sino que también tuviera un rol en la formación de educadores, lideresas comunitarias y jóvenes. En este proceso, se promovía la crítica social, la reflexión sobre las estructuras de poder y el fortalecimiento de la identidad colectiva. Este enfoque no solo tenía un impacto psicológico, sino también político y cultural.
Un tercer ejemplo es la forma en que Baró utilizó la psicología para acompañar a personas que habían vivido experiencias traumáticas, como la violencia de guerra o la represión política. En lugar de aplicar modelos psicológicos basados en la individualidad, Baró trabajaba con grupos, promoviendo la sanación colectiva y la memoria histórica. Este enfoque lo conecta con lo que hoy se conoce como psicología de la memoria y psicología de la resistencia.
La psicología como herramienta de resistencia y transformación
Para Martín Baró, la psicología social no solo es una ciencia, sino también una herramienta de resistencia. En contextos de opresión y violencia, la psicología puede convertirse en un espacio para construir esperanza, reconocer la dignidad de las personas y promover su participación activa en la sociedad. Baró entendía que la psicología no puede ser neutral en estos procesos, sino que debe comprometerse con la justicia y la verdad.
Este concepto de resistencia no se limita a la acción política o social, sino que también incluye la resistencia psicológica, es decir, la capacidad de las personas para mantener su identidad, su memoria y su esperanza frente a la violencia y la opresión. Baró destacaba la importancia de fortalecer los procesos de resistencia desde lo individual y lo colectivo, entendiendo que la psicología social no puede ignorar las dinámicas de poder que condicionan la vida de las personas.
En este marco, Baró desarrolló una metodología que no solo buscaba entender los síntomas psicológicos de las personas, sino también identificar las causas estructurales que los generaban. Este enfoque lo conecta con corrientes como la psicología de la resistencia, la psicología comunitaria y la psicología social crítica, que también buscan una psicología comprometida con la transformación social.
Cinco conceptos clave en la psicología social de Martín Baró
- Psicología social crítica: Baró entendía la psicología como una disciplina que no puede ser neutral, sino que debe comprometerse con la justicia social y la transformación de estructuras opresivas.
- Enfoque comunitario: Para él, la psicología no debe centrarse solo en el individuo, sino en las redes sociales y comunitarias que lo configuran.
- Resistencia psicológica: Baró destacaba la importancia de fortalecer la capacidad de las personas para resistir la opresión, no solo desde lo político, sino también desde lo psicológico.
- Memoria histórica: La psicología social, según Baró, debe reconocer y preservar la memoria de los procesos históricos, especialmente en contextos de violencia y trauma.
- Psicología comprometida: Baró insistía en que la psicología debe comprometerse con la realidad social, no solo para entenderla, sino para transformarla.
La visión de Baró sobre la psicología y la sociedad
Martín Baró tenía una visión integral de la psicología, donde esta no se limitaba a lo individual, sino que se extendía a lo social, lo político y lo histórico. Para él, la psicología social no puede desconectarse del contexto en el que se desenvuelve la persona, y debe considerar las estructuras de poder que afectan a los grupos sociales. Este enfoque lo conecta con corrientes como la psicología social crítica y la psicología comunitaria, que también buscan una disciplina que se comprometa con la transformación social.
En un primer párrafo, es importante destacar que Baró entendía que la psicología no puede ser una disciplina aislada, sino que debe interactuar con otras ciencias sociales, como la antropología, la sociología y la teología. Esta interdisciplinariedad le permitió desarrollar una visión holística de la persona, donde no solo se consideraban los procesos psicológicos, sino también las dinámicas sociales, culturales y espirituales.
En un segundo párrafo, se puede destacar cómo Baró veía a la psicología como una herramienta de empoderamiento. No se trataba solo de diagnosticar o tratar problemas psicológicos, sino de acompañar a las personas en su proceso de transformación personal y colectiva. Esta visión lo convierte en un referente fundamental para aquellos que buscan una psicología que no esté separada de la realidad, sino que se comprometa con la construcción de un mundo más justo.
¿Para qué sirve la psicología social de Martín Baró?
La psicología social de Martín Baró sirve para comprender y transformar la realidad social desde una perspectiva comprometida con la justicia y el bienestar de los más vulnerables. En contextos de conflicto, violencia o desigualdad, esta psicología permite identificar los factores estructurales que afectan a los grupos sociales y proponer intervenciones que promuevan la dignidad, la participación y la resistencia.
Un ejemplo práctico es su aplicación en comunidades afectadas por la violencia. La psicología social de Baró no busca solo tratar los síntomas psicológicos, sino también identificar las causas estructurales de la violencia y promover espacios de diálogo, memoria y reconstrucción colectiva. En este proceso, se fortalece la identidad de los grupos, se reconoce su historia y se promueve una visión de futuro basada en la esperanza.
Otra aplicación es en la educación. Baró propuso una psicología social que no solo estudiara el comportamiento de los estudiantes, sino que también analizara las dinámicas de poder en las escuelas y la forma en que las estructuras educativas afectan la formación de los sujetos. Este enfoque permite construir espacios educativos más inclusivos y transformadores.
La psicología como compromiso con la realidad social
En lugar de usar la palabra psicología social, podemos referirnos al enfoque de Baró como una psicología comprometida con la realidad. Este compromiso no se limita a lo académico, sino que se extiende a la acción concreta en las comunidades. Para Baró, la psicología no puede ser un ejercicio intelectual aislado, sino que debe responder a las necesidades de los contextos en los que se desarrolla.
Este compromiso se manifiesta en la forma en que Baró trabajaba con grupos vulnerables, escuchando sus historias, identificando sus necesidades y promoviendo espacios de diálogo y resistencia. En este proceso, la psicología no era un instrumento de control, sino una forma de empoderamiento. Este enfoque lo conecta con corrientes como la psicología comunitaria y la psicología social crítica, que también buscan una intervención desde la base social.
Además, este compromiso con la realidad social se reflejaba en su metodología participativa, donde los sujetos no eran pasivos receptores de intervención, sino actores activos en su proceso de transformación. Este enfoque no solo tenía un impacto psicológico, sino también político y cultural, fortaleciendo la identidad colectiva y promoviendo la memoria histórica.
La psicología social en contextos de conflicto
La psicología social de Martín Baró encuentra su aplicación más clara en contextos de conflicto y violencia. En estos espacios, la psicología no puede limitarse a lo individual, sino que debe considerar las dinámicas de poder, la memoria histórica y la resistencia colectiva. Baró entendía que en contextos de guerra o represión, la psicología social debe ser una herramienta para construir esperanza, preservar la dignidad y promover la transformación.
En este marco, la psicología social no se limita a la intervención clínica, sino que también se extiende a la educación, la formación de liderazgo y la construcción de redes de resistencia. En este proceso, se promueve la participación activa de las comunidades, no solo como víctimas de la violencia, sino como actores transformadores de su realidad. Este enfoque lo conecta con corrientes como la psicología de la resistencia y la psicología comunitaria.
Un ejemplo práctico es la forma en que Baró trabajaba con grupos que habían sufrido violencia estructural. En lugar de aplicar modelos psicológicos tradicionales, Baró promovía espacios de diálogo, memoria y sanación colectiva. Este enfoque no solo tenía un impacto psicológico, sino también político y cultural, fortaleciendo la identidad colectiva y promoviendo una visión de futuro basada en la justicia y la paz.
El significado de la psicología social de Martín Baró
La psicología social de Martín Baró no se limita a una disciplina académica, sino que representa una visión de la psicología como compromiso con la justicia social y la transformación de las estructuras opresivas. Para Baró, la psicología no puede ser neutral, sino que debe responder a las necesidades de los más vulnerables y promover la dignidad y la esperanza. Este enfoque lo conecta con corrientes como la psicología social crítica, la psicología comunitaria y la psicología de la resistencia.
En primer lugar, es importante destacar que Baró entendía que la psicología no puede desconectarse del contexto histórico y social en el que se desenvuelve. En un mundo marcado por las desigualdades, la violencia y la opresión, la psicología social debe ser una herramienta para comprender y transformar estas realidades. Este enfoque lo convierte en un referente fundamental para aquellos que buscan una psicología comprometida con la justicia y la transformación social.
En segundo lugar, Baró destacaba la importancia de la metodología participativa, donde los sujetos no son pasivos receptores de intervención, sino actores activos en su proceso de transformación. Este enfoque no solo tenía un impacto psicológico, sino también político y cultural, fortaleciendo la identidad colectiva y promoviendo la memoria histórica. En este sentido, la psicología social de Baró no se limita a lo individual, sino que se extiende a lo comunitario, lo político y lo histórico.
¿Cuál es el origen de la psicología social de Martín Baró?
La psicología social de Martín Baró tiene sus raíces en el contexto histórico y político de América Latina, especialmente en El Salvador durante la década de 1980. En un país marcado por la guerra civil, la violencia estructural y las desigualdades sociales, Baró desarrolló una visión de la psicología que no se limitaba a lo individual, sino que se comprometía con las luchas de los más vulnerables. Su enfoque se formó a partir de su formación como psicólogo, teólogo y activista comprometido con los derechos humanos.
Baró recibió formación en psicología en la Universidad de Navarra (España) y en teología en la Universidad de Salamanca. Su formación interdisciplinaria le permitió integrar en su teoría elementos de la psicología, la teología y la sociología, lo que le dio una visión holística de la persona y su entorno. Además, su trabajo en el campo, especialmente en comunidades rurales y marginadas, le permitió desarrollar una psicología social que no solo analizaba los procesos psicológicos, sino que también intervenía en ellos para promover la transformación social.
Este enfoque se consolidó en sus escritos, especialmente en su libro *Psicología y liberación*, donde expone su visión de una psicología comprometida con la justicia, la esperanza y la memoria histórica. Este libro, publicado póstumamente, se convirtió en uno de los referentes fundamentales de la psicología social crítica en América Latina.
La psicología social desde una perspectiva comprometida con la justicia
En lugar de usar la palabra psicología social, podemos referirnos al enfoque de Baró como una psicología comprometida con la justicia social. Este compromiso no se limita a lo académico, sino que se manifiesta en la acción concreta en las comunidades. Para Baró, la psicología no puede ser un ejercicio intelectual aislado, sino que debe responder a las necesidades de los contextos en los que se desarrolla.
Este compromiso con la justicia se reflejaba en la forma en que Baró trabajaba con grupos vulnerables, escuchando sus historias, identificando sus necesidades y promoviendo espacios de diálogo y resistencia. En este proceso, la psicología no era un instrumento de control, sino una forma de empoderamiento. Este enfoque lo conecta con corrientes como la psicología comunitaria y la psicología social crítica, que también buscan una intervención desde la base social.
Además, este compromiso con la justicia social se reflejaba en su metodología participativa, donde los sujetos no eran pasivos receptores de intervención, sino actores activos en su proceso de transformación. Este enfoque no solo tenía un impacto psicológico, sino también político y cultural, fortaleciendo la identidad colectiva y promoviendo la memoria histórica.
¿Cómo se aplica la psicología social de Martín Baró en la actualidad?
La psicología social de Martín Baró sigue siendo relevante en la actualidad, especialmente en contextos de conflicto, violencia y desigualdad. En comunidades afectadas por la guerra, la represión o la marginación, su enfoque crítico y comprometido con la justicia social sigue siendo una guía para comprender y transformar las realidades locales. Además, en contextos donde persisten estructuras de opresión, la psicología social de Baró ofrece una visión que no se limita a lo individual, sino que se extiende a lo colectivo, lo histórico y lo político.
En la actualidad, su enfoque se aplica en diversos campos, como la educación, la salud mental, la psicología comunitaria y la psicología de la memoria. En la educación, por ejemplo, su visión permite construir espacios donde los estudiantes no solo aprenden sobre sí mismos, sino que también reflexionan sobre las estructuras sociales que los afectan. En la salud mental, su enfoque comunitario se traduce en intervenciones que no se limitan a lo individual, sino que buscan transformar las condiciones estructurales que generan sufrimiento.
Además, en contextos de conflictos actuales, como los movimientos sociales, la resistencia contra la violencia estructural o la defensa de los derechos humanos, la psicología social de Baró sigue siendo una herramienta para construir esperanza, preservar la memoria y promover la transformación social. Su legado sigue vivo en las comunidades, en los educadores, en los psicólogos y en todos aquellos que buscan una psicología comprometida con la justicia y la dignidad humana.
Cómo usar la psicología social de Martín Baró y ejemplos de uso
La psicología social de Martín Baró puede aplicarse en diversos contextos, desde la intervención comunitaria hasta la formación de profesionales. Un ejemplo práctico es el uso de metodologías participativas en comunidades afectadas por la violencia. En lugar de aplicar modelos psicológicos tradicionales, se promueve el diálogo, la memoria histórica y la sanación colectiva. Esto permite a las personas no solo recuperar su identidad, sino también construir alternativas de resistencia y esperanza.
Otro ejemplo es la aplicación en la formación de educadores. Baró propuso una psicología social que no solo estudiara el comportamiento de los estudiantes, sino que también reflexionara sobre las dinámicas de poder en las escuelas. Esto permite construir espacios educativos más inclusivos, donde los estudiantes no solo aprenden sobre sí mismos, sino también sobre las estructuras sociales que los rodean. En este proceso, la psicología se convierte en una herramienta de transformación, no solo de los individuos, sino también de las instituciones.
Un tercer ejemplo es la intervención en contextos de trauma colectivo. En comunidades que han sufrido represión política o violencia estructural, la psicología social de Baró permite promover espacios de memoria, diálogo y sanación. Este enfoque no solo tiene un impacto psicológico, sino también político y cultural, fortaleciendo la identidad colectiva y promoviendo una visión de futuro basada en la justicia y la paz.
La importancia de la memoria histórica en la psicología social de Baró
Uno de los aspectos menos comentados en la obra de Martín Baró es la importancia que otorga a la memoria histórica. Para él, la psicología social no puede desconectarse de la historia, especialmente en contextos de violencia y opresión. La memoria no solo es un recordatorio del pasado, sino una herramienta para construir identidades colectivas y promover la justicia. En este sentido, la psicología social de Baró se convierte en un espacio para preservar y transmitir la memoria de los procesos históricos, especialmente de los más vulnerables.
Baró entendía que la memoria histórica no solo es un acto individual, sino también colectivo. En comunidades afectadas por la violencia, la memoria se convierte en un instrumento de resistencia, donde los sujetos no solo recuerdan lo que les fue hecho, sino también lo que lograron construir a pesar de la opresión. Este enfoque lo conecta con corrientes como la psicología de la memoria y la psicología de la resistencia, que también abogan por una intervención que no solo trate el trauma, sino que también lo transforme en un espacio de esperanza.
En este contexto, la psicología social de Baró no se limita a lo psicológico, sino que se extiende a lo cultural, lo político y lo social. La memoria histórica se convierte en una herramienta para construir identidades colectivas, promover la justicia y resistir la opresión. Este enfoque no solo tiene un impacto en los individuos, sino también en las comunidades y en las estructuras sociales.
El legado de Martín Baró en la psicología social crítica
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