La infancia es una etapa fundamental en el desarrollo humano, durante la cual se forman las bases emocionales, sociales y cognitivas de cada individuo. Desde una perspectiva filosófica y pedagógica, diversos autores han abordado esta etapa con profundidad. Uno de ellos es el pensador argentino Enrique Baquero, quien, a través de su obra, aportó una visión crítica y profunda sobre la infancia, su valor y el rol social que debe asumir la sociedad para protegerla y promover su desarrollo integral.
En este artículo exploraremos qué es la infancia según Baquero, su importancia en el contexto social y educativo, y cómo su visión sigue siendo relevante en la actualidad. A través de una mirada detallada, conoceremos los conceptos fundamentales que este autor introdujo sobre la infancia y cómo pueden aplicarse en la educación contemporánea.
¿Qué es la infancia según Baquero?
Enrique Baquero define la infancia no solo como una etapa de la vida, sino como un derecho social y un espacio de potencialidad. Para él, la infancia es una condición de vulnerabilidad que requiere protección, pero también una etapa en la que se debe fomentar la autonomía, la creatividad y el pensamiento crítico. No es una etapa pasiva, sino un momento de construcción activa de identidad y conocimiento.
Baquero, en su obra *La infancia en la historia*, señala que la infancia ha sido históricamente marginada en los discursos sociales y políticos. Sin embargo, sostiene que es fundamental reconocerla como un sujeto histórico con necesidades específicas. Para Baquero, la infancia no se puede entender sin considerar las estructuras sociales que la rodean, ni sin reconocer su capacidad de transformación.
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La infancia como derecho y responsabilidad social
Baquero plantea que la infancia no es un fenómeno natural, sino una construcción social. Esto significa que su existencia depende de cómo la sociedad la reconoce, protege y promueve. En este sentido, la infancia no es solo un tema de educación, sino también de justicia social. Cuando la sociedad no reconoce los derechos de la infancia, está negando a los niños y niñas la posibilidad de desarrollarse plenamente.
Este enfoque es particularmente relevante en contextos de desigualdad, donde la infancia puede ser afectada por la pobreza, la violencia o la falta de acceso a la educación. Baquero destaca que la responsabilidad no solo recae en los padres, sino también en el Estado, las instituciones educativas y la sociedad en general. Proteger la infancia es un compromiso colectivo.
La infancia y la crítica a la modernidad
Enrique Baquero no solo analiza la infancia desde una perspectiva pedagógica, sino que también la sitúa dentro de un marco crítico hacia la modernidad. En sus escritos, señala que el modelo moderno ha tendido a instrumentalizar a los niños, viéndolos como recursos para el futuro, más que como sujetos con derechos presentes. Esta instrumentalización, según Baquero, puede llevar a una visión utilitaria de la infancia, que no responde a sus necesidades reales.
Además, critica la falta de memoria histórica en torno a la infancia. Muchas sociedades no reconocen cómo se ha vivido la infancia en diferentes épocas, lo que limita la posibilidad de construir políticas públicas más equitativas y sensibles. Baquero insiste en la necesidad de mirar la infancia con ojos históricos, para comprender sus raíces y sus transformaciones.
Ejemplos de cómo Baquero aborda la infancia
Baquero ofrece múltiples ejemplos que ilustran su concepción de la infancia. Uno de ellos es el análisis de cómo los niños son percibidos en diferentes sociedades. En sociedades tradicionales, la infancia se percibía como una etapa de dependencia absoluta, mientras que en sociedades modernas se la ve como un sujeto en formación. Sin embargo, Baquero advierte que esta visión moderna a menudo se limita a la educación formal, ignorando otros aspectos como la afectividad y la creatividad.
Otro ejemplo importante es su crítica al sistema escolar. Baquero señala que el sistema educativo no siempre responde a las necesidades reales de los niños, sino que muchas veces los somete a un modelo rígido que no permite su libertad de exploración. Por ello, propone una educación más flexible, que respete el ritmo y la individualidad de cada niño.
La infancia como espacio de libertad y creatividad
Una de las ideas más poderosas de Baquero es la de ver la infancia como un espacio de libertad y creatividad. Según él, los niños nacen con una gran capacidad de aprender, imaginar y crear. Sin embargo, esta potencialidad solo se puede desarrollar si se les da el entorno adecuado. Baquero defiende una educación que no limite la imaginación infantil, sino que la estimule y la valorice.
Para Baquero, la creatividad no es solo una habilidad individual, sino una fuerza social. Los niños, con su mirada fresca y no contaminada por los esquemas adultos, pueden ofrecer soluciones innovadoras a problemas complejos. Por eso, es fundamental que la sociedad no solo proteja la infancia, sino que también la escuche y le dé un lugar en los espacios de toma de decisiones.
Cinco aportes clave de Baquero sobre la infancia
- La infancia como derecho social: Baquero insiste en que la infancia no es un fenómeno natural, sino un derecho que debe ser reconocido y protegido por la sociedad.
- La infancia como sujeto histórico: Para Baquero, la infancia tiene una historia que debe ser investigada y respetada.
- Crítica a la instrumentalización infantil: El autor cuestiona cómo la modernidad ha utilizado a los niños como recursos para el futuro.
- Educación flexible y respetuosa: Propone un modelo educativo que respete la libertad y el ritmo de cada niño.
- La importancia de la creatividad: Baquero ve en la creatividad infantil una fuerza transformadora que debe ser estimulada.
La infancia en el contexto de la pedagogía crítica
Enrique Baquero, como parte de la corriente pedagógica crítica, ve en la infancia una oportunidad para construir una sociedad más justa. Su enfoque se alinea con autores como Paulo Freire, en la medida en que busca una educación liberadora, que empodere a los niños y les permita pensar críticamente sobre el mundo que les rodea.
Para Baquero, la educación no debe ser una herramienta para la reproducción de estructuras de poder, sino un medio para la emancipación. Esto implica reconocer la infancia como un espacio de resistencia, donde los niños pueden construir alternativas a las formas establecidas de pensar y actuar. Su visión no es utópica, sino realista: busca una educación que responda a las necesidades de los niños y a las demandas de una sociedad más justa.
¿Para qué sirve la infancia según Baquero?
Según Baquero, la infancia sirve como un espacio de transformación social. No solo es una etapa de preparación para la vida adulta, sino un momento en el que se pueden construir nuevas formas de pensar, de actuar y de relacionarse. Cuando se respeta y protege la infancia, se está invirtiendo en el futuro de la sociedad.
Además, Baquero sostiene que la infancia tiene un rol esencial en la construcción de una educación que no sea opresiva. Los niños, con su capacidad de curiosidad e imaginación, pueden ayudar a los adultos a repensar sus propias prácticas educativas. En este sentido, la infancia no solo debe ser protegida, sino también escuchada y valorada como un sujeto activo en el proceso educativo.
La infancia como potencia y no como potencial
En lugar de ver la infancia como un potencial que debe desarrollarse, Baquero propone verla como una potencia que ya existe. Esta visión no reduce a los niños a algo que falta, sino que los reconoce como seres con una fuerza propia, con una capacidad de acción y transformación.
Esta diferencia conceptual es fundamental. Ver la infancia como potencia implica reconocer que los niños no necesitan ser preparados para algo, sino que ya son capaces de intervenir en el mundo. La educación, desde este enfoque, no debe ser un proceso de acumulación de conocimientos, sino un proceso de descubrimiento, de exploración y de construcción colectiva.
La infancia y el rol del adulto en la educación
Baquero también aborda el rol del adulto en la educación infantil. Para él, el adulto no debe actuar como un guía autoritario, sino como un compañero de aprendizaje. Los adultos deben estar atentos a las necesidades de los niños, a su ritmo de desarrollo y a sus intereses personales.
Además, Baquero critica el rol pasivo que a menudo se le da al niño en el proceso educativo. En lugar de ver al niño como un objeto de enseñanza, propone verlo como un sujeto activo de aprendizaje. Esto implica que los adultos deben ceder espacio para que los niños expresen sus ideas, sus preguntas y sus soluciones.
El significado de la infancia según Baquero
Para Baquero, la infancia no es solo una etapa de la vida, sino una condición social y política que debe ser reconocida y protegida. Su significado trasciende lo individual para convertirse en una cuestión de justicia social. Cuando se reconoce la infancia como un derecho, se está reconociendo la dignidad de cada niño y niña.
Además, Baquero ve en la infancia una forma de resistencia frente a la lógica del mercado y del control social. Los niños, con su mirada no contaminada por los esquemas adultos, pueden ofrecer alternativas a los modelos dominantes. En este sentido, la infancia no solo es un tema de educación, sino también de política y de ética.
¿De dónde proviene la idea de la infancia según Baquero?
La concepción de la infancia que propone Baquero tiene raíces en la historia de la filosofía y la pedagogía. En particular, se inspira en autores como Jean-Jacques Rousseau, quien veía en el niño una naturaleza pura que debía ser respetada. También se vincula con la tradición de la pedagogía crítica, que busca una educación liberadora.
Sin embargo, Baquero no replica estos enfoques, sino que los adapta a su contexto histórico y social. En América Latina, donde las desigualdades son profundas y la infancia a menudo es afectada por la pobreza y la violencia, su visión toma una dimensión particular. La idea de la infancia, en este contexto, no solo es filosófica, sino también política y comprometida.
La infancia como sujeto en la educación crítica
En la educación crítica, la infancia no es un objeto pasivo, sino un sujeto activo que debe ser escuchado, respetado y valorado. Baquero, desde este enfoque, ve en la infancia una fuente de creatividad, imaginación y crítica. Los niños, con su mirada fresca, pueden cuestionar estructuras sociales que los adultos dan por sentado.
Además, Baquero sostiene que la educación debe ser un proceso colectivo, en el que los niños y los adultos aprenden juntos. No se trata de una relación de autoridad, sino de una relación de igualdad, donde todos tienen algo que aportar. Esta visión no solo transforma la educación, sino que también transforma la sociedad.
¿Cómo define Baquero la infancia en el contexto actual?
En el contexto actual, Baquero definiría la infancia como un espacio de resistencia y esperanza. En un mundo marcado por la globalización, la tecnología y la desigualdad, la infancia sigue siendo una etapa de vulnerabilidad, pero también de potencialidad. Los niños, con su capacidad de adaptación y creatividad, pueden ofrecer soluciones innovadoras a los problemas del presente.
Además, Baquero vería en la infancia una forma de construir alternativas a los modelos económicos y sociales dominantes. En un mundo donde la lógica del mercado impera, la infancia representa una mirada diferente, una mirada que no está contaminada por los esquemas adultos, que puede ofrecer nuevas formas de pensar y de actuar.
Cómo usar el concepto de infancia según Baquero y ejemplos de uso
El concepto de infancia según Baquero puede aplicarse en múltiples contextos. En el ámbito educativo, se traduce en una pedagogía que respete la autonomía y la creatividad infantil. En el ámbito político, se traduce en políticas públicas que protejan los derechos de los niños y niñas. En el ámbito social, se traduce en una cultura que valore la infancia como un sujeto con derechos y con voz.
Un ejemplo práctico es la implementación de programas educativos basados en el juego y la exploración, en lugar de en la memorización y la repetición. Otro ejemplo es la creación de espacios públicos seguros donde los niños puedan interactuar libremente, sin la constante supervisión de adultos.
La infancia y el futuro de la educación
Baquero ve en la infancia una oportunidad para transformar la educación. No se trata solo de enseñar a los niños, sino de aprender con ellos. La educación del futuro, desde su perspectiva, debe ser un proceso colectivo, en el que los niños y los adultos aprendan juntos. Este enfoque no solo beneficia a los niños, sino también a la sociedad en su conjunto.
Además, Baquero propone una educación que no esté centrada en el éxito académico, sino en el desarrollo integral del niño. Esto implica reconocer sus necesidades emocionales, sociales y cognitivas, y no tratarlos como si todos siguieran el mismo camino. Cada niño es único, y la educación debe respetar esa diversidad.
La infancia y el compromiso social
Finalmente, Baquero insiste en que la infancia no es solo una cuestión de educación, sino también de compromiso social. Proteger la infancia implica no solo crear leyes y políticas, sino también cambiar mentalidades. Implica reconocer que los niños y niñas no son un recurso para el futuro, sino sujetos con derechos en el presente.
Este compromiso social debe extenderse a todos los niveles: desde las familias, pasando por las escuelas, hasta el Estado y la sociedad en general. Solo así se podrá construir una sociedad más justa, donde la infancia sea vista no como un problema, sino como una esperanza.
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